El Ayuntamiento de Barcelona, en colaboración con otras entidades públicas y privadas, promociona cinco exposiciones, que se convierten en un homenaje a Javier Vilató, a través de la difusión de su obra. Las exhibiciones tienen lugar, hasta el 30 de septiembre, en cinco sedes: Museu Picasso, donde predomina la figura y los retratos; Museu Frede-ric Marés, escultura en bronce; Fundació Vila Casas: obras relacionadas con los animales, los perros de compañía del autor, el elefante, la mosca, la abubilla, los caballos; en la Sala Dalmau, bodegones, objetos, interiores, con obras venales, igual que en la Gale-ría Joan Gaspar, que muestra dibujos, grabados y libros en ediciones de bibliófilo.
Javier Vilató(Barcelona 1921-París 2000) era hijo de Lola Ruiz Picasso y del doctor Vilató, creció entre cuadros de Picasso, mecida su cuna por el cubismo, y, poco a poco, se convirtió en un artista de gran interés y en una persona inolvidable. Una vez en París, donde vivió gran parte de su vida, tuvo un contacto muy cercano con su tío, Pablo Pica-sso. Es natural, que tenga referencias del gran revolucionario del arte del siglo XX, pero no más, que otros muchos creadores plásticos de su tiempo y subsiguientes.
Le conocí, mediados los ochenta, y entablamos una gran amistad, que duró hasta su muerte, conociendo de cerca su vida y su obra y profesándole una enorme admiración. ¡Vaya esto por delante! Verle en París, en plena salsa, moviéndose con elegancia y cono -cimiento, fue un lujo que me proporcionó un Paris diferente. Con él, por él, conocí a la familia Picasso; a grandes artistas españoles: Clavé, Lobo, Hernando Viñes, Guansé, Subirá-Puig, Orlando Pelayo, Andrés Segovia, Mentor, Canés, Pere Pagés, los Castella-no….Los célebres talleres de grabado, a críticos y poetas como Jean Leymarie, Pierre Courtion, Maurice Rheims, Andrée Chedid, Edmond Jabés, Gabriele Althem, André Verdet, Fortunata ..A Pierrette Gargallo, académicos, escritores, galeristas, editores…
Las cinco exposiciones actuales de Barcelona, cuyo proyecto ha comisariado y dirigido su hijo, Xavier, pintor-cineasta-grabador, proporcionan elementos y datos suficientes, para saber quién era y poder situar su obra, más allá de los tópicos y las ideas recibidas. Nunca conocí a nadie que quisiera tanto a Picasso y le respetara más. Con amor familiar y con veneración por su maestría. Hicieron, incluso, más de una pieza al alimón.
En la presentación de la exposición, en Barcelona, creí entender, no sé si erróneamente, en los parlamentos del burgomaestre y acompañantes, que Barcelona le debía un favor por su aportación a la creación del Museu Picasso y que esta empresa era como una reparación. Pienso que son dos cosas diferentes. Él siempre estuvo en la tarea de acercar la obra de “el tío” a Málaga y a Barcelona. Fue muy generoso. Pero esto no tiene nada que ver con la dimensión plástica de su trabajo, con su feraz vida de autor, con su relación con los poetas:Odiseas Elytis, Jacques Bussy, Embirikos, Matrsie Hatzilazarou, Prévert, Andrée Chedid, Cocteau, André Verdet, Michel Leiris, Raymond Quenau…
Recomiendo ver este “Camino de libertad”, ramificado en cinco senderos, para entender que su obra tiene un gran calado originario, al margen de influjos iniciales. Barjola de-cía: “admiro tanto a Picasso que cuando me dicen que tengo influencias picassianas, en lugar de molestarme, me halagan”. Se ha editado un catálogo con amplísima informa-ción y textos de Xavier, Gloria Bosch, Pilar Vélez, Rafael Inglada, Eliseu Trenç, Marta Volga, Juan Manuel Bonet y uno mío: un libro de hermoso y magnífico contenidos.
Esta nota, no es una crítica, es una incitación para quienes no conocen la obra de esta criatura maravillosa, que fue Javier Vilató. Y una invitación a revisar ciertos estereotipos manidos sobre el arte en la segunda mitad del siglo XX.
Tomás Paredes