UN REINO NÍTIDO. La pintura de marta IGLESIAS.

7 febrero 2022

CARMEN PALLARÉS

Acaba de llegar a la opinión pública el último título de Carmen Pallarés, Editorial Síntesis, Madrid, tlf. 915 932 098. Un ensayo multifacético acerca de la obra plástica de Marta Iglesias. Aunque al final nos encontramos con una imagen global de la creadora, ahormada por sus pinturas, aforismos, poemas y pensamientos. Y la claridad de las páginas de Pallarés.

Cuando he finalizado el texto evocador, analítico, imaginativo, espléndido de Pallarés me ha parecido tan corto que, teniendo ganas de más, he vuelto a releerlo. Carmen identifica la obra de Iglesias con un reino nítido y el arte como un palacio al que el espectador es invitado a visitar. Asohora, me ha venido a la cabeza el nombre de Azorín, que identifica la lectura de los clásicos con la invitación a un viejo palacio cuajado de maravillas en su interior.

Pallarés hace una introducción de una llaneza soberbia, y tras citar a Kavafis, concluye: ”El canto y el perfume de ese misterio último del arte continuarán habitando sus esferas más allá de nuestras percepciones”. Para pasar a un ejercicio de sutileza, que recorre todo el texto, sobre los creadores del ámbito geométrico o concreto con citas textuales de los grandes.

A continuación, reina sobre cuestiones metafísicas y físicas, como el espacio, composición, tensión y ritmo; línea, color y estilo, citando el pensamiento de Azorín sobre el estilo, en Un pueblecito. Riofrío de Ávila, 1916, p. 48, editado por la Residencia de Estudiantes y dedicado a Antonio Machado.Materias y técnicas, asunto y tema, y un final glorioso sobres las metamorfosis. Con definiciones luminosas de todos los elementos sobre los que ensaya. Método y orden en la comunicación de conceptos.

Sigue una selección de críticas y comentarios de Juanelo Turriano, Fernando Rey, Aura Acosta, Miguel Fernández-Cid, Jesús Mazariegos, Carlota de Alfonso, Ramón Rozas, Serxio González, Bernard Franchille, Lara Martínez, P. Vidal y Luis Caruncho, el más idóneo y extenso que emparenta la pintura de Iglesias con la música, como hace Pallares en su análisis.

Le sigue una “Escolma(sic) de los cuadernos de la pintura”, que es una suerte de breve antología de textos de Marta Iglesias, donde hay reflexiones, poemas, aforismos, citas, pensamientos. Y finaliza con una sucinta antológica de sus etapas, desde el inicio de los ochenta a la actualidad. Me llama la atención el empleo de la palabra escolma, del portugués y del gallego, aunque se entiende: selección, recolecta, conjunto de textos.

Es un libro hermosísimo que muy pocos podrían escribir, porque además de ser como un poema en prosa, que va y viene como las olas en la playa, está repleto de conocimientos técnicos, teóricos y práxicos del oficio de pintar. El capítulo dedicado a “materias y técnica” es aleccionador y evidencia quién sabe de lo que habla cuando habla de pintura.

No les voy a decir quién es Marta Iglesias en pintura, para eso está el libro de Pallarés y no me veo capaz de superarlo. Este ensayo es diferente, porque, aun siendo un encargo, no es en absoluto hagiográfico, ni empalagoso.  Pallarés se detiene en cada serie de su desarrollo y explicita sus preferencias, tanto como algunas pérdidas de orientación, y esto no es habitual en un libro de estas características. Caruncho asimila su lenguaje al pop, pienso con Carmen Pallarés que es más bien un estilo sin dogmas, un combate lúdico entre la poesía y el perfume de las flores, entre el vuelo de las mariposas y el duelo de unas campanas, entre el perfume de la línea y la esencia del color, entre la música y el silencio: mínimo, elegante, puro, lene, opimo, leve, íntimo.

Ahí, Marta Iglesias y su vida y su obra. Pero, ¿quién es Carmen Pallarés? A pesar de que todos creen saberlo, quiero decir lo que conozco. Carmen Pallarés es escritora, crítico de arte, conferenciante, pintora, ceramista y, por encima de todo, poeta. Una poeta que vive poéticamente, alejada, seclusa, en la sombra, como si no estuviera, pero que está siempre mirando y viendo por tantos que no ven. Una vidente del misterio, que canta, como un ángel de Händel, y como un azulillo pintado en la rama temblorosa de la vida.

Autora de centenares de críticas, artículos, monografías, novelas, libros de poesía. Ha realizado numerosas exposiciones, con su plástica sutil de bosques de líneas, que se erigen en huellas de ave en la arena; ambrosía de topacios anuncia un paraíso de esmeraldas y violetas en el joyel de su poesía.  

Leyendo este texto clarividente, serio, pautado de Pallarés, he tenido que regresar a sus libros de poesía. Y he vuelto a disfrutar con su proceridad en Partitura adelante y, aún, en Camino de mi palacio, esa alfaguara de fresca poesía que comparte con el rigor plástico de Ángel Sardina. Para una poeta de su jerarquía, hablar de reinos, de palacios, de ascensiones es un destino, que el lector agradece como meguez de seda.

Dicho todo esto, echo de menos, en algún rincón de este libro, el nombre de José María Iglesias. Él me presentó a Marta y siempre que exponía me avisaba para que no dejara de verla. Es posible que no escribiera nada de su obra u otra circunstancia que desconozca, pero creo que con uno/a deben de estar siempre los que le quieren, aunque el tiempo corra en dirección contraria.

                                                                                                                   Tomás Paredes

Presidente H. Asociación Española de Críticos de Arte/AICA Spain

   

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