Todos, y por una vez incluso aquellos no relacionados con el sector cultural, sabemos lo ocurrido hace unas semanas con el empresario chino Gao Ping. Propietario de la ahora clausurada galería de arte contemporáneo “Gao Magee”.
Un espacio dedicado a la promoción de los jóvenes creadores chinos, un caballo de Troya. Porque cuántas veces se ha utilizado un elemento artístico como dispositivo estratégico para abordar determinados contextos.
El valor estético o el respeto que sugiere el filantropismo han sido moneda de cambio para extender prácticas encubiertas.
El Tao Te King nos habla de los soplos primordiales divididos en Ying (fuerza oscura) y Yang (la fuerza clara). Dichos opuestos brotaron también en este espacio de creación ahora cerrado, mediante la fuerza clara de sus artistas y el espectro oscuro de sus prácticas de gestión.
Durante este verano, y antes de que se conociera todo el escándalo, asistí a una de las últimas exposiciones de la galería Gao Magee, donde se mostraba la obra de Li Quing llamada “efecto dibujo de instalación”. Esta pieza resultó ser una reinterpretación sobre las intervenciones “espacialistas” de Lucio Fontana. Pinturas de color plano sobre las que el artista de origen argentino realizaba incisiones:
Li Quing partió de las pinturas de este creador occidental y le añadió en la parte posterior un sistema de refrigeración que permitía la salida de aire acondicionado por el roto hecho en medio del lienzo.
A simple vista la obra de Li Quing no pasaba de ser una burda copia del minimalista pintor argentino. Sin embargo, cuando nos acercábamos, la ligera brisa que traspasaba la incisión golpeaba nuestro rostro para ampliar las lecturas sobre las teorías de Lucio y el espacio.
De un plumazo Li Quing ha modificado mi percepción sobre este maestro de las vanguardias y lo que resultaba una enigmática intervención sobre el lienzo -a modo de corte- ahora se ha convertido en la puerta de acceso hacia nuevas dimensiones.
Esa es la esencia del apropiacionismo y este es uno de los ejemplos más sutiles y delicados que he podido apreciar. El respecto hacia el punto de partida, hacia la obra original a intervenir, ha generado en este caso una armónica fusión generacional y al mismo tiempo cultural entre oriente y occidente.
Tal vez el recurso apropiacionista sea un caballo de Troya donde el elemento pasado es utilizado para acceder a nuestra vida contemporánea y así generar nuevas lecturas.
Darío Tobes Alonso
Imagen: Autor: Lucio Fontana. Fuente: uoc.edu