Nuria Vidal, lo sublime y lo evanescente.

22 junio 2022
Nuria Vidal Artista

Tono Brotons (AMCA/AECA)

Cuando se plantea una exposición “a dos”, muchas pueden ser las intenciones del comisario, paralelismo estético, simetría en los procesos y técnica, temática, contemporaneidad, sintonía de intencionalidades. En esta ocasión, la exposición a dos, Soledad Sevilla y Nuria Vidal, que nos presenta Fernández-Braso, en Madrid, bajo el título “Paisaje, Pensamiento, Pintura”, parece inspirarse en algo más sutil, en la trascendencia, en lo que va más allá de lo perceptible, en la ontología propia de la pintura. Según Gibson, en referencia a la existencia artística de la pintura, el arte del artista se percibe en su trabajo del mismo modo que la causa eficiente puede percibirse en cualquiera de sus efectos.

Umberto Eco en su obra la definición del arte, nos postula que el estilo es el “modo de formar”, personal, inimitable, característico; la huella reconocible que la persona deja de sí misma en la obra; y coincide con el modo en que se forma la obra. La persona, por lo tanto, se forma en la obra: comprender la obra es lo mismo que poseer la persona del creador hecha objeto físico.

Soledad Sevilla y Nuria Vidal, en esta muestra, nos sumergen en lo sublime de la pintura, en la metafísica del arte. Los procesos adquieren absoluto protagonismo en el binomio obra/artista. Las obra expuestas son obras conducidas por el artista y que, a su vez, conducen al artista.

De la Valenciana y laureada Soledad Sevilla (Premio Nacional de Artes Plásticas 1993, Premio Arte y Mecenazgo 2014 y Premio Velázquez de Artes Plásticas 2020) poco puedo decir que no haya sido puesto en negro sobre blanco acerca de su extraordinaria personalidad artística y de sus creaciones. La lógica poética de sus obras que evocan lo intangible, el espacio y el tiempo y cómo no, el lenguaje. En esta muestra es exponen obras de mediados, finales de los 90 sobre los muros vegetales construidas con una impresionante abstracción lírica a partir de pinceladas de idéntica tensión gestual repetidas una y otra vez. 

Soledad Sevilla, Sueño sin sonido, 2005, Óleo sobre lienzo. 250 x 200 cm

De Nuria Vidal, decir que me sorprendió. No conocía personalmente su obra y debo reconocer que me llegó. 

Se trata de la serie, “Rendición”, expuesta por primera vez en Mostra Espanha 2021, organizada por el Ministerio de Cultura y Deporte de España y la Embajada de España en Lisboa y con la colaboración de A/C – Acción Cultural Española y el Instituto Cervantes de Lisboa. Fue presentada en la Fundación D. Luis I de Cascais en Portugal entre septiembre de 2021 y enero de 2022.

Sospecho que el título de la obra responde a el acto de rendición de la artista, en el propio proceso pictórico, al devenir del acto de la pintura en sí. La artista se convierte en mediadora en el proceso y deja a la materia, la alquimia de sus preparados y el soporte que tengan una relación intimista.

Es una obra de carácter expresionista, abstracta por la ausencia de intención figurativa. En el proceso, Nuria colapsa sus preparados líquidos, sobre papeles de gran formato, en varias secuencias y en cada una de ellas mueve el papel de forma gestual e intuitiva realizando manchas de diferentes intensidades que se yuxtaponen en el espacio creando efectos de de profundidad y de una extraordinaria “lírica evanescente” que bien me recuerdan esas atmósferas de los cuadros de Zobel.

Nuria Vidal, Serie Rendición (Detalle), 2021, Pintura acrílica y grafito sobre papel. 140 x 114 cm

El color no tiene el protagonismo. Mas bien es la metamorfosis que se produce en los soportes celulósicos cuando “vuelca” sobre ellos sus preparados a base de agua, acrílicos y grafito en polvo. “El pigmento se asienta como la tierra, el agua erosiona el material, empapa el papel, y la pintura llueve y llora. Las formas salen, se graban en el papel; Solo tengo que dejar que se muestren. Encontré en este esfuerzo de no ser, en este acto de entrega, la máxima comunicación con el acto de pintar, vivir y ser.”

En la serie, en código monocromo con preferencia por los blancos y los negros, la artista realiza varios trabajos en color. Los papeles se descubren al espectador en originales soportes con pinzas, desnudos y suspendidos en verticalidad y su observación es una experiencia infinita en la que la obra se nos descubre con solución de continuidad.

Nuria Vidal (1967), es licenciada en Bellas Artes por Academia de San Fernando de la universidad Complutense de Madrid. En 1996 le otorgan el Premio Nacional de Grabado a un Artista Novel de la Calcografía Nacional y a partir de ese momento consigue importantes becas de investigación artística en Roma y París. Le suceden importantes premios y reconocimientos y su obra se encuentra, ya, en reconocidas colecciones.

La obra de estas dos sintónicas artistas se podrán disfrutar en la Galería Fernández-Braso hasta el próximo sábado 30 de Julio.

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