Monacatus: Las Edades del Hombre 2012

7 julio 2012
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En la fecunda y bella comarca de La Bureba, frontera con la no menos hermosa y feraz región de Las Merindades, al norte de la provincia de Burgos, -donde nace Castilla la Vieja-, está enclavada la Muy Leal y Valerosa Villa medieval de Oña y, dentro de ella, el Monasterio de San Salvador, junto con la Iglesia de la misma advocación, donde este año se celebra la XVII edición de las Edades del Hombre, que la Fundación de su mismo nombre viene organizando desde su primera edición, en el ya lejano 1988, cuando eligió como sede a la Catedral de la Asunción de Valladolid.

Ascendiendo por una amplia escalera de piedra se accede a un primer pórtico de la Iglesia, de hechuras góticas. Una vez atravesado, se entra a un amplio atrio para encontrar la fachada de la iglesia con el pórtico románico de su primera construcción en el siglo XII, ya que esta iglesia fue reconstruida, en el siglo XV, en el estilo gótico entonces vigente en nuestro suelo patrio.

Acondicionada para la exposición de las 138 piezas de arte religioso de que consta la actual muestra de las Edades del Hombre, parte de su riqueza artística y arquitectónica queda oculta a la vista del visitante, no así la capilla absidal, abierta en el siglo XVIII, decorada con pinturas de Francisco Bayeu, con retablo y expositor de enjundioso estilo barroco, con objeto de servir de albergue al cuerpo de San Iñigo, que reposa en una urna artísticamente repujada.

“MONACATUS” es el título que se ha dado a esta muestra de arte sacro, con la que se busca poner de manifiesto, de forma teológica, litúrgica y testimonial, el por qué de la vida monacal y el cómo de la misma en el cenobio, cumpliendo la norma benedictina del “Ora et Labora.

Las secciones en que se divide la exposición, casi sin solución de continuidad, son: 1. Dios como origen de la vocación religiosa. 2. Los retirados del siglo, con personajes bíblicos y santos eremitas. 3. Muestra el “Ora” de la Regla, como alabanza divina a través de las celebraciones litúrgicas. 4. Presenta las relaciones entre la monarquía y en monacato en Castilla, claramente visibles en este monasterio de San Salvador. 5. Es el “Labora” benedictino, mostrando los trabajos de cada día y sus instrumentos y aparejos. Y, finalmente, 6. Muestra los dones  y los carismas de los santos fundadores de órdenes monásticas.

Las piezas, -como es costumbre en los organizadores-, están muy bien elegidas y en esta ocasión van desde el románico del siglo XI, al contemporáneo más actual, pues presenta una obra en lino crudo y cera caliente con pigmentos, del turolense-berciano Luís Gómez Domingo, (en “colores sobrios”, como él mismo expresa), simbolizando la vida activa y la vida meditativa y que titula “Visita a Marta y María”, hecha por encargo para “Monacatus”. Se puede reconocer que la pieza, tanto por su parquedad, como por su colocación, no desentona del ambiente general de la exposición.

Algunas de estas piezas se exponen por primera vez a la consideración pública, ya que han permanecido, desde su creación, ocultas entre los muros de los monasterios y han sido cedidas por los abades, de forma extraordinaria, para esta ocasión. Constituye, por tanto, una oportunidad excepcional para estudiosos e interesados.

Cabe destacar, en relación a Dios como origen de la vocación monacal, piezas significativas tales como, una Tabla de Escuela Castellana del siglo XIV, una bien conservada y bellamente esculpida Pila Bautismal del siglo XIII, una “Anunciación” de Pedro Berruguete, una pequeña tabla titulada “La Oración del Huerto” de 1817, pintada por Francisco de Goya, -que, aunque conocida, no deja de fascinar e impresionar, sobre todo al tener la posibilidad de verla tan de cerca y al detalle-, y un “Agnus Dei” de Zurbarán.

En relación con la vida eremítica, un “San Juan Bautista en el desierto” de José Ribera, una escultura de “San Jerónimo” de Alonso Berruguete con su total expresividad manierista, un cuadro, más bien un ideograma, de El Greco, que es “La alegoría de la Orden de los Camandulenses”.

Otras piezas destacables: Una arqueta de la segunda mitad del siglo XIII, descubierta en 2010, y que se expone por primera vez al publico; de taller inglés o chipriota, con chapas de aleación estaño-plomo, fundida, acuñada y calada, con restos dorados, sobre alma de madera, con representaciones de reyes y guerreros, proveniente del convento de Santa Marina de Zamora, así como una caja de madera estucada y pintada, de la segunda mitad del siglo XIV, en cuya tapa se representa la Crucifixión de Jesús y que servía de relicario. Muy interesantes y atractivas, tanto por su valor histórico, como artístico.

En la parte de documentos destacan “La Biblia de Burgos”, “La Regla de San Benito” depositada en el Monasterio de San Isidoro de Dueñas y un “Códice” de San Millán de la Cogolla, en el que por primera vez aparece la palabra “Castilla”.

Esta es la primera ocasión en que se incluye la fotografía, como sujeto artístico y mimético de la realidad religiosa; de esta forma se presenta, en el claustro gótico del siglo XVI, una colección de fotografías de monjes, sobre todo cartujos y cistercienses, del ingeniero y fotógrafo José Ortiz de Echagüe (+1980), digna de ser vista.

La exposición, bien concebida, bien montada y explicada en el Monasterio de San Salvador para conmemorar el milenario de su existencia, se hace merecedora un viaje a Oña para visitarla.

“Las Edades del Hombre, Monacatus”, estará abierta hasta Noviembre de 2012.

 
BENITO DE DIEGO GONZALEZ
Miembro de la Asociación Española
y de la Madrileña de Críticos de Arte

 

 
MONACATUS
LAS EDADES DEL HOMBRE 2012
MONASTERIO DE SAN SALVADOR. Oña. (Burgos)

 

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