La vanguardia aplicada (1890-1959) en la Fundación Juan March

9 abril 2012
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Dentro de la planificación actual de cuatro exposiciones anuales, la Fundación Juan March inauguró el pasado 30 de marzo la singular muestra La vanguardia aplicada (1890-1959), que estará abierta en Madrid hasta el 1de julio. El conjunto, formado por 700 obras de 250 artistas pertenecientes a 30 países, es una densa producción de arte aplicado (diseño, tipografía, cartel, libros revistas, folletos..) generada a lo largo de medio siglo y que va acompasada con la propia evolución del arte de vanguardia.

Es conocido el impacto de las vanguardias históricas, hasta los años cincuenta del siglo XX, en los distintos ámbitos de la cultura de masas, desde la publicidad y propaganda política, hasta la arquitectura y el diseño gráfico.

Dividida la sala de la fundación en siete espacios expositivos, la organización de las obras – pertenecientes la mayoría de ellas a los dos coleccionistas que al mismo tiempo han comisariado la muestra: Merrill C. Berman de EEU y José María Lafuente de Santander – parte de una mirada transversal y de mutuas influencias; no desde la perspectiva lineal, ni geográfica, ni cronológica.

Este enfoque presenta la otra Historia del Arte, la de las Artes y Oficios o de las Artes Aplicadas; o la que antes se llamó Artes Menores, ante todo utilitarias, para diferenciarlas de las piezas únicas,  Mayores o Bellas Artes. Sin embargo, las primeras fueron muchas veces realizadas por los artistas, como los nombres que, entre otros, figuran en la exposición: Fortunato Depero, Oskar Kokoschka, El Lissitzky, Filippo Tommaso Marinetti, László Moholy−Nagy, Liubov Popova, Aleksandr Ródchenko, Kurt Schwitters, Jan Tschichold, Theo van Doesburg. Y, tendencias desde la Secession vienesa o el movimiento “Arts and crafts”, al Futurismo, Dada, Surrealismo, Constructivismo, Neoplasticismo, Bauhaus, etc. El catálogo que acompaña la muestra es una gran fuente documental que aporta, además de las entrevistas a los citados coleccionistas, índices de artistas, el material referenciado y artículos de Manuel Fontán del Junco, Richard Hollis, Maurizio Scudiero, Bruno Tonini.

Es difícil enumerar la cantidad de obras expuestas, describir la relevancia y aportación estética de cada una de estas “piezas de museo”, es decir convertidas hoy en primicias,  que nos lleva directamente a sus autores y a sus estilos modernos o vanguardistas. La muestra, en definitiva,  se revela al espectador en una efectiva puesta en escena que aúna la acumulación, la estética y la didáctica.  Puede verse desde un número dedicado a Picasso de la revista tinerfeña Gaceta de Arte (nº 36, marzo), el Almanach Dada de Huelsenbeck, al libro de artista de Sonia Delaunay-Terk “La Prosa del Transiveriano y de la pequeña Jehanne de Francia”, por Blaise Cendrars (1913).  Muchas combinaciones de letras y formas, la palabra ajustada a la fotografía, collage o fotomontaje, acoplada con el diseño,  palabras en libertad, letrismo, libros, revistas,  originales encuadernaciones, etc.

La estética de l’art pour l’art y el arte puro quedan atrás frente al impulso de obras que cumplen una función social. Imágenes y letras impresas que  comunican con un público amplio; sean proclamas, ideas, o sencillamente asuntos de tipo doméstico. El círculo de la historia se cierra y se abre de continuo: la estética única y exclusiva del Arte llegado el momento revierte a la sociedad. Ante este reclamo natural los artistas vuelven a ser los artífices. De esta manera dejan por momentos de mirarse a sí mismos para contemplar el mundo que les rodea.

 
María Dolores Arroyo Fernández

 

 

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