Homenaje AMCA a D. Rafael Botí Torres

30 diciembre 2021
Rafael Botí

El discurso homenaje a D, Rafael Botí Torres, a cargo de D. Tomás Paredes (Expresidente de AMCA y de la española AECA y miembro de la internacional AICA). Su exposición fué la siguiente:

14 de Diciembre de 2021

Rafael Botí Torres es ese señor elegante y distinguido, gentlemen que encontramos siempre en torno a los acontecimientos del arte, que muchos ven, pero que pocos saben qué es y que ha hecho. Rafael ha tenido la dicha de vivir una vida rica en acontecimientos y próspera, que él se ha ganado.

Su buena estrella arranca con los padres que tuvo: el pintor y viola de la Orquesta Nacional Rafael Botí Gaitán e Isidra Torres. Hijo único, se crió en un medio de artistas y creadores, destacando su relación casi familiar, desde niño, con don Daniel Vázquez Diaz. Su buena estrella brilló de nuevo cuando se casó con Dely Blanco, su mujer y guía en tantos años de convivencia, fina lectora y amante de la literatura francesa.

Yo le he insistido desde hace años en que redactara unas MEMORIAS. No para justificarse de algo, no tiene nada que encubrir ni justificar, sino para que no se perdiera sin remedio su relación con Vázquez Díaz, Juan Antonio Morales, Pepe Caballero, Cristino de Vera y tantos y tantos más.

Rafael Boti pasa, para la mayoría, por ser el hombre que ha dedicado su vida y sus medios a poner en valor la obra plástica de su padre. Y siendo verdad, es mucho más, porque Boti se ha convertido en un experto especialista en Vázquez Díaz. Y no sólo eso, ha sido el sostén de la cotización y la valoración de la obra de Vázquez Díaz. Y no creo que haga falta explicar quién es Vázquez Díaz y cuál su importancia en el arte español de los últimos tercios del s. XX.

Cuando las casas de subastas venden una pieza de Vázquez Díaz, ¿a quién llaman para que certifique su autenticidad? A Rafael Boti, claro. Y lo mismo sucede cuando encuentran un falso o la policía detecta una venta fraudulenta de este autor.

Rafel Botí Torres, Madrid 1930, vivía en Gobernador 21 cuando estalla la guerra civil y una bomba destruye parte del edificio. Se tienen que marchar y su padre elige Manzanares, Ciudad Real, allí vivirán los años de la contienda, dando clases de dibujo y haciendo de bibliotecario. En 1939, regresan a vivir a Madrid.

Su padre, entre la música y la pintura, y él en el colegio y acompañando siempre al padre, entre músicos y talleres de pintores. En los años 50 posará para Vázquez Díaz y se convertirá en su lazarillo y chico para todo del maestro.

Rafael hará de todo, estudia Economía, hace de practicante, se convierte en Agente de la propiedad inmobiliaria y se aventura en la compraventa de terrenos. Entra en la banca y llega a director de Sucursal, hasta que se convierte en empresario y coleccionista. Desde joven, colecciona el arte de los amigos del padre y luego comprar lo que le gustas, destinando sus ganancias a comprar obras de Vázquez Díaz, Celaya, Morales, Caballero…

Se liga, poco a poco aún más al arte y es nombrado director de la Sala de Exposiciones del Banco de Córdoba en Madrid. Escribe catálogos, presenta artistas, hace libros y es miembro de AMCA y de la Asociación Española de Críticos de Arte.

Llega a atesorar una gran colección de arte y tras la muerte de su padre se convierte en un mecenas de amplio espectro. No sólo dona obra de su padre, sino de Vázquez Díaz y otros maestros andaluces. Sus donaciones a la Diputación de Córdoba son cuantiosas, al ser su padre cordobés, lo que de alguna forma deriva en la creación de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, Córdoba.

Fue vicepresidente de la Academia Libre de Artes y Letras de San Antón, Hijo predilecto de Torrelodones, socio de Honor de AEPE y académico honorario de la Real Academia de Arte y Letras de Córdoba, desde 2012.

Su mecenazgo ha sido limpio y absoluto, ha donado obras de arte en cantidad, a Museos Naciones como el Reina Sofía, a los provinciales de Córdoba, Huelva; a los municipales de Madrid, en Conde Duque, en Nerva, Manzanares, Torrelodones, etc.

Rafael ha creado premios con el nombre de su padre, que ha subvencionado con su peculio; encuentros, conferencias, libros. El penúltimo  volumen está en marcha: La Córdoba de Rafael Boti.

Hay mucho que agradecerle, como ejemplo de conducta y actitud. Y además como dice Mª Dolores Barreda, secretaria general de AEPE, “nunca le he oído hablar mal de nadie”.  Agradezco a Esther Plaza la decisión de este homenaje y que me haya dado la oportunidad de apuntar algunos de los méritos de este colega y amigo.

Tomás Paredes

Rafael Botí y Gianna Prodan

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