Tono Brotons
Y tanto! Que gusto ver algo tan original!
Original, si! Esa es la virtud de la suma de originalidades de estos dos artistas que se torna en multiplicativa.
Un encuentro creativo de dos artistas de solvente trayectoria. Así son ambos. He tenido la oportunidad de conocerlos en diferentes “dimensiones” espacio-tiempo y tengo que reconocer que el tándem AlixHaro, HaroAlix es de otra “galaxia”.
Cuatro espacios para una intervención dual. Un ojo que retiene y otro que “escupe”. Un balance de alta ilusión entre el realismo crudo de la fotografía de Alberto García Alix y la abstracción gestual y expresionista de Ángel Haro. “Tiempo y Sombra” es el título de esta instalación.
Dos talentos y un testigo. El testigo, Santalla y la devota intuición de su mirada. Extraordinario el comisariado de Begoña Torres.
Debe haber sido vibrante el proceso. Que envidia! A toda luz, el resultado es ORIGINAL, EXTRAORDINARIO. Es de esas cosas que sublevan los sentidos. Responsabilidad deontológica, sutilidad, admiración, convergencia y amor por el proceso son los ingredientes de una instalación que nos conecta con muchos de los referentes que han respirado estos dos artistas. Hay de todo, romanticismo, clasicismo, impresionismo, expresionismo, constructivismo, cubismo, realismo, futurismo, opt-art, videoarte, pasado, presente y mucho de futuro…
Cuatro espacios escénicos.
Un recibidor con dos “hornacinas” acristaladas de grandes dimensiones que presentan en diálogo: “la forma” y “la ilusión”. Lo crematístico y lo altruista cara a cara…A este lado una obra en tríptico, con unas imágenes de volúmenes arquitectónicos que se funden con una expresión sintética en “collage”, con lenguaje geometrista, del concepto del espacio. Parecen invitar a la reflexión sobre la modernidad social monetizada. Al otro, una integración de una obra mural que evoca el equilibrio de la naturaleza como sustento altruista del universo. “Natura” vs “Textura 1”, “Textura 2” y “Textura 3”. Bien parece vaticinar un inevitable combate…


El segundo espacio en recorrido, de tránsito, presenta una instalación de un proyector que alterna imágenes de estructuras, volúmenes, detalles y texturas que son colapsadas en una pantalla. Entre ambos elementos, danza una escultura de latón y metal, suspendida en un hilo invisible impulsado por un rotor, que recuerda a las realizaciones de Anthony Caro y Alexander Calder. Parece una esfera armilar que simbolizase un cosmos infinito reducido, en constante movimiento o “vibración”, que proyecta su sombra dinámica sobre las imágenes proyectadas con rotunda realidad. El todo o la parte y la parte con el todo…
Llegamos a el tercer espacio. Un principal! Una instalación con una ambientación sonora de Béla Bartók en la que una gran pantalla recoge una realización vídeo artística en la que alternan la realidad y la abstracción en sucesivos fundidos de manchas expresionistas y gestuales de Ángel, que bien podrían ser reconocidas como semblantes anónimos en gradiente de blancos y grises, con retratos fotográficos de caras con distintos encuadres de Alberto. Esa sucesión, en la que los fundidos son dominados por la mancha oscura que muere y la clara que nace y en los grises la presencia de ambos…,bien se muestra como una secuencia cíclica, en bucle pero sin repetición igual. Tal vez la vida, la muerte, lo concreto y lo sutil, lo finito y lo eterno… Absolutamente hipnótica y espiritual. Una meditación…Un vaciado…Inspira confianza y genera paz.
Cerramos con una última instalación. Esta sin sonido, pero suena en “Estéreo” o mejor dicho, en “Dolby Estéreo”. Es como un arco energético flanqueado por dos autorretratos a cuatro manos, que lo dicen todo de ambos, Alix y Haro en dos obras sintéticas, que se observan, se reconocen y se funden. Es como una puerta, digo puerta…, una invitación al espacio de la creación sin límites.

La experiencia, en el Museo Lázaro Galdiano hasta el 30 de enero de 2022.