FERNÁNDO FERNÁN-GÓMEZ:
“AZUL, ROJO Y AMARILLO”
Se trata de un libro que acaba de publicar: Azul, Rojo y Amarillo con algo de blanco de plomo y negro de humo, Editorial Alderabán, Cuenca 2019. En su presentación, Fernando ha reunido a un grupo de amigos- críticos, fotógrafos y artistas de su colección- y ante las bondades de un cocido, hemos ido desgranando recuerdos, matices o sugerencias sobre el libro y el arte. Estuvimos con el autor, Jorge Castillo, Villatoro, Castrortega, Hanoos, Paco Conesa, Alfredo Delgado, Julio Falagán, Carlos Morago y yo mismo.
El libro, muy cuidado y bien editado, conjunta una serie de textos de la autoría de Fernán-Gómez (Madrid, 1946), realizados para exposiciones en sus propias y distintas galerías o en otras. No es fácil hacerse una vida propia y tener una personalidad genuina, siendo hijo de dos grandes del teatro y la cultura: Fernando Fernán Gómez y María Dolores Pradera. Pero, él lo ha conseguido, aunque no estoy seguro de que su actitud en la vida sea conocida con ciertas dosis de realidad.
Cuando hablo de Fernando, o me lo mencionan, siempre percibo una gran distorsión respecto a lo que yo conozco. Para unos, galerista; para otros, marchand promotor de artistas; aún: editor, creador de revistas, agente cultural, coleccionista, mercader, soñador, escritor, crítico de arte, ¡qué sé yo, cada uno tiene una imagen no siempre fiel!
Desde mi óptica, es un hombre apasionado del arte, que necesita el arte para vivir, tanto que ha hecho su propia colección, fundamentada en obras de todos los miembros del grupo El Paso. Pero lo esencial, en él, es su cualidad de soñador, la de tener una alma grande de niño o ser un niño grande con alma de ángel. Antes que su facultad coleccionista, me interesa su escritura, su capacidad creativa, su manera tímida y oculta de ser artista, cuando diseña o hace collages de imágenes sinérgicas. Esa inocencia que a veces pareciera ironía. Y la cumbre de todo, la ausencia de narcisismo.
Comenzó trabajando en Alfaguara, montó la empresa “Diapasón”; fundó y dirigió las revistas Arteguía, Directorio de Arte de España y Portugal, La Escritura. Ha dirigido galerías de arte en Madrid, México D.F., Houston, Bilbao. Es miembro de AECA y AICA. Comisario de exposiciones, conferenciante, escritor.
En este nuevo volumen, reúne textos acerca de Carlos Albert, Amancio, José Antonio Arribas, María Blanchard, Bonifacio, Ruperto Cabrera, Canogar, Caruncho, José Luis Casas, Jorge Castillo, Castrortega, Cavazos, Chirino, Manolo de las Casas, Julio Falagán, Feito, Juana Francés, Gordillo, Grau Santos, Hanoos, Millares, Víctor Mira, Carlos Morago, Jorge Morgan, Adrián Moya, Palencia, Roberto Reula, Manolo Rivera, José Luis Sánchez, Saura, Sempere, Pablo Serrano, Antonio Suárez, Tápies, Manuel Terán, Salvador Victoria, Villa-Toro, Manuel Viola.
Los libros se hacen para nadie y para todos, se escriben por necesidades propias, en la solapa de la camisa de este volumen, Fernando confiesa “quiero que se sepa que hago este libro para mis amigos”. Es un rasgo de su personalidad, de su campechanía, de su proximidad, de su llaneza, elementos que ahorman su escritura. ¿Qué aporta esta edición a la bibliografía existente? Frescura, cercanía, pluralidad, imágenes inéditas de obras de autores consolidados cabe piezas de grandes artistas menos conocidos, menos mimados por los medios, pero que forman parte del mundo del arte de una época en España. No hay capital humano que valga lo que vale la amistad, en ella Fernando es rico y generoso.
Tomás Paredes
Miembro de AICA