Con harta frecuencia se despotrica del número de museos abiertos, en los años cercanos, en España. Pero, el problema no son los museos, sino que los abran y se olviden de ellos, sometiéndolos a una desatención que les conduce al deterioro y la ineficacia, ligados a la acción de malrotar los caudales, ya públicos ya privados.
Para los amantes de la cultura, de la libertad, cuantos más museos, mejor; cuantas más bibliotecas y más librerías, mucho mejor. Cuantos menos dirigimos y manipulaciones, buenas noticias. Sin libertad no hay posibilidad de entidad ni de progreso.
En los tiempos que corren, abrir un nuevo espacio para la difusión, estudio y protección del arte, es un acto cercano al milagro. Si quien lo hace es un particular, que no ha contado con otra ayuda, que su propio peculio, es ya un absoluto milagro, ante el que hay que quitarse el sombrero y lo que sea. Que esté enfocado a la defensa del realismo le otorga un particularismo determinante.
La machada la ha protagonizado José Manuel Infiesta. Arquitecto, promotor, editor, valiente, hombre de la cultura, que ya dio vida a la Fundació de les Arts i els Artistes, que promueve el Premio de Pintura y Escultura Figurativas, desde hace cinco años. Infiesta es un héroe de nuestro tiempo, porque su gasto tiene un sesgo social y didácti-co, humanista. Y en época de sequía humanística estas acciones reconducen y ayudan.
Ha comprado un palacete del siglo XVIII, Palau Gomis, en el centro del barrio del Born, en Barcelona, a unos pasos del Museo Picasso, C/ Barra de Ferro, 5. Lo ha llenado de pintura y esculturas, le ha proporcionado una mínima intendencia y ha abierto sus puertas a un público ansioso de contemplar otro arte del que exhiben centros moribundos como el MACBA. La directora de la Fundación y factotum el museo es Elisa Soler: www.meam.es
El pasado día ocho, hubo dos actos de inauguración: por la mañana para artistas participantes y jurados. ¡Había que ver la emoción de Infiesta, cuando tras sus palabras de bien -venida, en el patio del museo, los artistas prorrumpieron en un aplauso largo, estuoso y exultante!,
¡Por la tarde, el acabose! No sé las personas que habría: 500, 600, 700, no sé si más. No se podía dar un paso, en ninguno de los tres pisos del palacete. Artistas, críticos, coleccionistas, marchantes, galeristas, arquitectos, bueno, una respuesta apabullante, cálida. Aquello era algo más que una presentación, parecía más bien un plebiscito, una reivin-dicación, una acción de indignados contra el oficialismo inoperante en cultura.
Y al día siguiente,¡ suma decepción!, ni una línea en ningún periódico, que yo viera. Es, además de cruel, referencial del momento que vivimos. En una Barcelona, anquilosada, encerrada cada vez más en si misma, muerta, el MEAM es un revulsivo, una inyección de vitalidad y de pluralidad. ¿Qué sucedió en Barcelona el día 8 de junio más importante que este acto de liberalidad y mecenazgo? Nada. ¿Por qué la prensa lo silencia y las autoridades culturales lo marginan?. Lo más probable es que no haya autoridades y si las hay no tengan nada que ver con la cultura y la prensa haya renunciado e viejo axioma de informar de lo que sucede.
No hablo por boca de ganso. Ese día me recorrí el Museo Picasso- ¡qué desastre de mon -taje!-, el MCBA- nadie cuando yo lo visitaba-, el CCCB- tres personas en Tristes y más público viendo los Brangulí. Galerías-desolación-, librerías de viejo y actuales, en una de ellas no pude ver nada, porque todo está en relación a lo colgado en su web. ¿Para qué una librería que no se puede consultar?. En Santa Mónica, no abren hasta las 14 horas, quise comprar un catálogo y están metidos en una máquina expendedora, como si fueran latas de coca-cola.¡Visiten el MEAM, podrán disfrutar de todas las modalidades del realismo: hiperrealismo, naturalismo, realismo fotográfico, sucio, pulcro. Dibujo, pintura, escultura, academias, apuntes. Entre los cientos de artistas expuestos: Eduardo Naranjo, Jordi Díaz-Alamá, Soledad Fernández, Jorge Gallego, J.M Belmonte, Golucho, Lasanta, Enrique Collar, Antúnez del Cerro, Alesio Bogani, Francisco Carrillo, Antonio de Ávila, Huer-tas Torrejón, Alex Marco, Kike Meana, Eloy Morales, Millán, Fermín Ramírez, Guiller-mo Sedano, Álvaro Toledo, Muñoz Vera, Dino Valls, Torices, Guenadi Ulibin, Gerard Mas, Jorge Egea, Wenceslao, Mer, los Morán, Francisco Roa,
En la colección están los premios elegidos por los jurados- Antonio López, Naranjo, Parralo, Zambrana, Tomás Paredes, José Manuel Infiesta, Leandro Navarro, Santiago Eche -barría, Javier Rubio, Julio López, Fernando Capa, Eduard Durán, Marin Medina- y o-tras obras que la Fundación ha adquirido bajo su propio criterio, formando un conjunto de interés, con diferentes puntos de mira, dentro de su especialidad.
El MEAM es un acontecimiento, que enriquece y vitaliza la depauperada oferta cultural de Barcelona, sería un orgullo para cualquier ciudad, pero sobre todo lo es para los a-mantes del arte y para los emprendedores que verán en Infiesta un ejemplo a seguir y a celebrar.
Tomás Paredes
Web del Museo: www.meam.es