El sábado 2 abril 2011, los socios de AMCA volvieron a reunirse esta vez en el taller del escultor Óscar Estruga, cuya biografía, estilo y relevancia de su obra en el contexto de su generación, fueron evocados por Tomás Paredes y Carlos Pérez Reyes. El encuentro sirvió además para conocer las últimas creaciones del artista en papel, un tipo trabajo, el dibujo e ilustración, que siempre ha desarrollado en paralelo a la escultura.
Óscar Estruga (Vilanova i la Geltrú, Barcelona, 1933), vive en Madrid, aquí se formó, en la Escuela de Artes y Oficios y en el Círculo de Bellas Artes. Expuso primero en Barcelona, en las galerías Layetanas, y en 1960 en Madrid en la mítica galería Fernando Fe. Pertenece a la generación de los escultores figurativos que se alzaron en el panorama del arte español desde los años sesenta. Para Tomás Paredes, presidente de AMCA, el escultor va a estar con mucho peso en los libros de historia del arte español, con Alcorlo, Ortiz, de la Torre, etc., pero que se identifica con un lenguaje propio.
Carlos Pérez Reyes, catedrático de la UCM y miembro de la AMCA, resaltó que Óscar Estruga destaca por una particular visión de la escultura, “es una personalidad claramente definida y perfilada”. Recuerda también que en otras épocas, como en el Barroco, ser seguidor de Caravaggio, por ejemplo, era signo de prestigio; con las vanguardias se ha ido perdiendo este sentido y reafirmando en cambio la personalidad artística. Tomás Paredes informa a su vez que Estruga tiene varios seguidores, no copistas, que han desarrollado una personalidad creativa diferenciada.
Cuando Estruga llegó a Madrid, se introdujo en el mundo del arte y participó varias bienales de arte de gran prestigio, como la Hispanoamericana de Sao Paulo; expuso en Biosca hasta que esta galería cerró sus puertas. Mientras estuvo en el Instituto de Cultura Hispánica se dedicó a la revista de dicha sede. De ese momento procede la importante labor de ilustración llevada a cabo desde entonces. Dibujos y grabados, “una faceta muy importante, porque son muchos los libros que ha ilustrado… se le nota la excelente mano de dibujante”, señala Paredes, y a la vista está en los trabajos que muestra a los visitantes el escultor: dibujos de líneas curvas, y aguadas, realizados en el Retiro, y que él mismo nos dice que están creados con la inspiración de la estampa japonesa, de Hokusai. Alguien que dibuja bien tiene sentido del espacio y del orden, por tanto es buen escultor, como Estruga que es escultor y dibujante, reconoce T. Paredes.
Sus esculturas, afirma T. Paredes, “siempre aéreas, de una belleza sugerente, nos lleva al mundo barroco de los mitos”, se reconocen claramente. Se identifica la obra de Estruga con este mundo mítico, una figuración poética, una cierta fantasía, no exactamente surrealista. Pero junto a ese mundo de los mitos presente en su obra, destaca el presidente de AMCA que Óscar Estruga tuvo un momento constructivista hasta el año 1974: estructura modular para construcciones efímeras, en concreto para el stand de la feria del Campo.
Reconoce Pérez Reyes que, parecido al recién fallecido artista cubano Jorge Camacho, Estruga podría pertenecer a la tercera generación surrealista: “no surrealismo puro, sino teñido de mitología, de referencias culturales”.
El encuentro de AMCA con Óscar Estruga en su taller significa no sólo un homenaje y reconocimiento al artista y a su obra, sino dar fe de su actividad creativa actual.
María Dolores Arroyo Fernández
Foto: Juan Jiménez: Óscar Estruga con los miembros de AMCA ( 2 de abril de 2011)