Tomás Paredes – Presidente de Honor de AICA Spain
No siempre se ha aceptado que el arte es plural. Hubo épocas en las que había una cierta convención de lo que era arte y en cierto modo se respetaba, con las excepciones que confirman la regla. Pero, antes de y con el efecto de las vanguardias históricas se comenzó a admitir que el arte no era monolítico, que había muchos mundos dentro del arte, como ocurría con el mundo y que procedía de miradas distantes.
De sólito, siempre se cita a Paul Eluard, el fino poeta surrealista, que puso en boga su lema: hay otros mundos, pero todos están en este. Olvidando, o desconociendo, que hace veinticinco siglos la lucidez de Empédocles ya lo había visto, con respecto al firmamento, a la vida y al hombre en su concepción global
Según el testimonio de Aecio, “Empédocles admite un solo mundo, pero en verdad el mundo no es el todo sino una pequeña parte del todo, y el resto es materia estéril”. Es decir, nos creemos que el mundo es la tierra y los planetas descubiertos, pero no, el mundo es infinito y desconocemos todo lo que contiene. Y lo que desconocemos no podemos imaginarlo.
Igual el arte, compuesto de mundos distantes, técnicas diversas y lenguajes distintos. En el arte nada hay definitivo, ni existen límites expresivos. Y nada como esta muestra para entender o ejemplificar lo que digo. La comisaria nos propone una apuesta en la que se unen pintura y escultura, dibujo y acuarela, instalación y conceptual, figuración y abstracción, piedra y acuarela, mancha y trazo, porque el arte es la ambición de llegar y mostrar el alma profunda de las cosas, como creía la poesía James Joyce.
La escultura es la más castigada en la actualidad, no sólo porque pesa y ocupa espacio, sino porque se ha expandido tanto, que ya todo es o puede ser escultura. Pero, la realidad es otra, pues no reaccionamos ante un montoncito de arena como ante una pieza de Lorna Benavides. Costarricense afincada en España, es una experta en talla directa, que cumple el rito del paso a paso del proceso, que exige el concepto escultórico. La escultora concibe la forma y ante un bloque de piedra tiene que desnudar y encontrar lo que busca, que es lo que consolida su lenguaje, lo que vemos como resultado. Lorna domina el formato y sabe cómo fascinarnos con la armonía de sus formas.
El resto de componentes se expresan por medio de la pintura, el dibujo y la instalación. Esther Plaza, presidenta de AMCA, crítico de arte y pintora, camina entre la abstracción y lo referencial, para mostrar sus sensaciones ante paisajes y espacios enigmáticos que humaniza. Su pintura no busca el efecto, sino el afecto, es la impresión de un ámbito que enseña al espectador el misterio de paraísos artificiales.
Amanda, esa fresca sonrisa surrealizante, entre el dibujo y la pintura deja constancia de un idiolecto que la define. No son visiones arbitrarias, sino ventanas abiertas a un sueño, a un mundo singular, mágico y vistoso, onírico. Amanda maneja el dibujo con solercia y ello le permite dar a su expresividad un atractivo interesante, suelto, fiable, específico, por algo es Premio Artemisia de Dibujo.
Ana María Llestín trata de fundir figuración y abstracción creando un mosaico de sugerencias, que nos adentran en un orbe imaginativo, fluido y poético. No es la figura, el detalle o la luz lo que sobresale, es la conjunción que forma un todo con atractivo, transmitiendo su ensoñación, que es su realidad
La chilena Estela del Valle, que ya ha expuesto en otras ocasiones en Madrid, además de las realizadas en su Chile natal, se decide por dejar memoria de sus ostugos del alma, y del alma de sus rincones predilectos, donde le gusta vivir o soñar y pintar, como elementos componentes de nuestra presencia. Vistas que ahorman nuestra mirada y la enriquecen, que nos impresiona como la haría un poema de su compatriota Emma Jauch.
Finalmente, la instalación Retrato de náufrago de Manuel Santiago Ruiz,pintor y profesor, residente en Mallorca, que con sus técnicas mixtas nos hace un arquetipo del diario de un naufragio en una isla. Un dibujo fluido entre cromías para referir las emociones de la soledad y los caminos de la libertad, la memoria y la esperanza. Un arte limpio y actualísimo que, como en el rubro de la muestra exhibe varios mundos en un lenguaje propio.