Investigación y Arte presenta en su espacio experimental Art Room la última serie de BERTA ARES.
El exceso de seguridad es tan terrorífico como la intemperie, pues priva de un confort mínimo donde se desarrolle la existencia con cierta libertad y amplitud de miras. El equilibrio entre las inquietudes y las contradicciones es la búsqueda honesta por donde mostrar tanto las posibles soluciones como las expresiones de los procesos que lleven a ellas. Y ese el camino por el que nos tiene acostumbrados la artista Berta Ares a través de sus reflexiones y trabajos.
Berta Ares viene reflejando, por lo tanto, un constante movimiento interpretativo donde reconduce sus más profundas turbaciones, siempre dotadas de una sensibilidad proclive a las relaciones que se dan entre el ser humano y su entorno. En su anterior serie con recorridos que acercasen a la intimidad aceptada, y en ésta última empeñada en buscar diálogos entre la naturaleza y la cultura, teniendo a ambas por benefactoras del crecimiento tanto individual como colectivo. Si la cultura tiñe al ser para combatir la barbarie, es por otra parte la naturaleza la que nos marca la referencia de nuestro origen y salvación como especie depredadora. El verbo conjugado producto de implicancias entre el uso devastador de los recursos y el interés de conservación del medio ambiente, es el término por donde llama la atención esta última exposición de Berta Ares. Berta Ares, tiene un curriculum dilatado, en nuestro espacio ya ha estado en otras ocasiones, la última en 2012, además, cerca de 50 exposiciones, entre ellas las Mostras de Unión Fenosa, su presencia en ARCO, Ayuntamiento de Santiago, Cádiz, A Coruña, Girona, etc…, su trabajo se encuentra, así mismo en una veintena de instituciones, como en el MACUF, en la Fundación Torrente Ballester o el Museo de Arte Constructivista de Marbella, entre otros