Algo nuevo en el mundo del arte

11 julio 2016

Gianna Prodan

 

 

Rodalquilar es un pequeño pueblo medio perdido en el campo de Níjar (Almería). Una tierra pobre y de escasísima pluviosidad, medio abandonada de la mano de Dios a lo largo de toda su historia. Únicamente la abertura de las Minas de oro, en el siglo pasado, consiguió reactivar su vida y su economía. En 1966, sin embargo, la mina fue clausurada por escasa productividad y la demografía de Rodalquilar fue decayendo nuevamente en picado hasta contar tan solo con los actuales ciento setenta y uno habitantes censados.

 

Pero todo esto, tras haber constituido un gravísimo problema para ese pueblo, ahora viene a ser su solución pues esta comarca completamente abandonada y olvidada ha permanecido inmune sobre todo a la gran especulación urbanística de los catastróficos años de la burbuja. Como consecuencia es hoy uno de los escasísimos lugares casi vírgenes de España y punto de atracción no solo turística sino de todos los espíritus que buscan todavía un espacio de libertad. Y es precisamente esta búsqueda de un espacio de libertad lo que ha atraído aquí a toda una pléyade de artistas; pintores, escultores, poetas y escritores, ceramistas, músicos y fotógrafos y ha sido entre ellos que, en sus encuentros en el Barecillo del pueblo, entre cañas y copas, mientras se hablaba de la necesidad de llevar el arte a la calle ha surgido la idea de exponer sus obras directamente en las fachadas de las casas del pueblo por esas calles de nombres tan relacionados con la desaparecida mina. ¡El arte en plena calle!

 

Dicho y hecho y lo que parecía imposible, o sea que los vecinos aceptaran esas idea tan innovadora, por el contrario despertó el entusiasmo de todos y con una pequeña ayuda del Ayuntamiento de Níjar y el espíritu constructivo de Encarna Morales la cosa se ha hecho realidad entre la expectación de los vecinos y de los curiosos. Con la participación de setenta y siete artistas se han reproducido sus obras (pintura, escultura, fotografía, cerámica y textos escritos) en unas grandes lonas (2 x 1 y hasta x 3 m.) que ahora lucen en las fachadas de las casas y donde quedarán expuestas hasta mediados de septiembre tras haberse inaugurado el día 1 de julio. No hay un programa establecido de actuaciones durante este período: aquí todo es libre. Pero habrá música, encuentros, recitales de poesía y todo lo que a los artistas se les pueda ocurrir. Eso sí siempre en plena libertad. ¡Una iniciativa magnífica!

 

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