Maestría
Juan Antonio Moreno- AMCA
Casi tres años después de su última muestra, Abel Cuerda regresa a la madrileña Galería Orfila. Una parte muy importante de ese período lo hemos vivido en la incertidumbre más absoluta. La pandemia mundial del COVID-19 ha paralizado nuestras vidas: han sido unos años marcados por la muerte, el dolor y la pérdida. Y cuando parece vislumbrarse el final de tanto horror, aparece el de otra guerra.
Si los demonios de la sinrazón cabalgan a su libre albedrío, la devastación adquiere una presencia verdaderamente insoportable. Ante esta lamentable realidad, el arte es un bálsamo que genera belleza, es una luz que resplandece y que se opone a la oscuridad que suscitan todos aquellos que abominan de la razón.
En estos años, Abel Cuerda, fiel a su compromiso con el arte, sigue pintando y experimentando con nuevas propuestas artísticas. No ha detenido su imaginación y en esta etapa se adentra en una búsqueda que le lleva a probar con texturas (telas) que integra a la perfección sobre la madera, consiguiendo el deseado equilibrio y armonía en su composición. En este discurso artístico se atisba en algunas de sus obras un apunte pop ciertamente interesante.
Abel Cuerda confirma su maestría y dominio en la combinación de los colores, conformando una obra luminosa que empatiza emocionalmente con el público. Configura un imaginario visual muy reconocible: sin duda, es el pintor del color.
